En mi memoria aun conservo la primera vez que te vi, se que fue todo tan breve pero me quede reflejada en tu mirada.
La segunda vez fue un encuentro furtivo, fue el momento de espera que lleno de emoción mi corazón afligido.
Para la tercera salida mientras me esperabas, fue por tus mensajes que robaste cada latido de mi corazón.
La cuarta vez fue tan súbita, que hasta la luna conspiro para que nos iluminara mientras me abrigabas con un abrazo.
En el quinto encuentro con tus besos curaste mi corazón y me cubriste contra el dolor infectable de esta sociedad.
La sexta vez que te encontré deambulando, invadiste mis pensamientos y cada segundo que pasaba te quería más.
Un séptimo encuentro en el mismo parque de siempre, sentí que tus pensamientos se desviaban y te perdía.
En octava salida se nublaron mis pensamientos y la lógica nos abandonó para caer en la maldita rutina.
La novena vez que te encontré, tu mirada asesino mi corazón y me dejaste ahogándome en mis propias dudas.
La decima y última vez que nos vimos, lo sentí tan irreal que ni la luna brilló y el cielo estaba oscuro.
Tan solo dejé escapar unas lagrimas q con tus palabras no pudiste detenerlas, nos tomamos de la mano por última vez para asegurarnos q la decisión fuera justa y precisa para q ningún microscopio nos haga ver q aun quedaba amor en nuestros corazones y así la duda se desvanezca para terminar con un simple “hasta luego” que significaría perdernos para siempre en el horizonte que tu decidiste conocer.
La segunda vez fue un encuentro furtivo, fue el momento de espera que lleno de emoción mi corazón afligido.
Para la tercera salida mientras me esperabas, fue por tus mensajes que robaste cada latido de mi corazón.
La cuarta vez fue tan súbita, que hasta la luna conspiro para que nos iluminara mientras me abrigabas con un abrazo.
En el quinto encuentro con tus besos curaste mi corazón y me cubriste contra el dolor infectable de esta sociedad.
La sexta vez que te encontré deambulando, invadiste mis pensamientos y cada segundo que pasaba te quería más.
Un séptimo encuentro en el mismo parque de siempre, sentí que tus pensamientos se desviaban y te perdía.
En octava salida se nublaron mis pensamientos y la lógica nos abandonó para caer en la maldita rutina.
La novena vez que te encontré, tu mirada asesino mi corazón y me dejaste ahogándome en mis propias dudas.
La decima y última vez que nos vimos, lo sentí tan irreal que ni la luna brilló y el cielo estaba oscuro.
Tan solo dejé escapar unas lagrimas q con tus palabras no pudiste detenerlas, nos tomamos de la mano por última vez para asegurarnos q la decisión fuera justa y precisa para q ningún microscopio nos haga ver q aun quedaba amor en nuestros corazones y así la duda se desvanezca para terminar con un simple “hasta luego” que significaría perdernos para siempre en el horizonte que tu decidiste conocer.
