
Escribiré una vez más para ti, y sin saber porque te recordaré otra vez, será que este corazón necesita un poco de veneno de vez en cuando, o tal vez simplemente la soledad en las calles gritan los momentos a tu lado.
Trate de olvidarte con más pena que ánimos, pues que tan ilógico seria arrancarte de mi corazón cuando fue que comenzó a latir intensamente por ti.
Ya olvidaste el beso regalado pero no robado de aquel inicio de dos almas que se encontraronen una noche gris con el único afán de vivir una ilusión y enamorarse al fin.
Ahora se me hace difícil acelerar el tiempo para que cure mi corazón, y por momentos te busco por el anonimato de las calles recordando que me tomabas de la mano y te sentía muy cerca.
Te busco a veces en otros brazos y no consigo la misma tranquilidad que tú me regalabas como cuando me sonreías y con un beso terminaba por convencerme que te importaba de verdad.
Y aunque tu indiferencia asesine mis esperanzas de volver a tu lado, la constancia de mi corazón terco te sigue buscando con abrazos imaginarios.
Pero ahora tarde me doy cuenta de tu gran actuación, de tu falso cariño, de tus mentiras, de tus besos fingidos y tus abrazos vacíos.
Tarde me di cuenta que el brillo de tus ojos en realidad era el reflejo de tus ganas de huir de mi lado y confundí un te quiero por un pasa tiempo cruel.
Pero quedo algo pendiente, solo un adiós y un beso que signifique que ya se desvaneció el cariño y con ello asesine el inicio de la oportunidad de enamorarse.
Me quedare con las ganas de abrazarte por última vez, esas mismas ganas que al verte podían transformar lo fatal en maravilloso, malditas ganas q me faltaron para arrancarte de mi corazón en un instante.
Espero que mi recuerdo te robe los sueños y cuando tu corazón este afligido encuentres mi carta para que una tarde cualquiera sientas el amor y el dolor al mismo tiempo.